Siguen llegando relatos para el concurso que tenemos abiertos desde Tentudía Directo, para estos días que vivimos en España de Estado de Alerta.
Este segundo de Celia de Cabeza la Vaca. Para participar tienes
aquí toda la información.
ASÍ QUE VIVESalgo a la calle y lo único que veo son caras serias absorbidas por la monotonía de un nuevo día, gente que dejó la ilusión en el soplido para apagar las velas de uno de sus cumpleaños, personas que después de fallar la tercera vez dejaron de intentarlo porque les dijeron que a la tercera va la vencida y la suya fue otra perdida, quizás nadie nunca les dijo que no se llega arriba sin haber tirado la toalla varias veces.Veo a las mismas aferradas a un ojalá, acomodadas en él esperando a que la vida les sorprenda sin hacer un mínimo esfuerzo. Hasta hace poco yo formaba parte de ellas, pero el médico me miró a los ojos y dijo: “es un sarcoma de células claras”, desde entonces, nada es lo mismo. Me di cuenta de que solo somos peones con los que el azar juega, que la vida no entiende ni de razas, ni de ideologías y ni siquiera personalidades, que igual que fui yo, mañana, puedes ser tú.
Por eso cuando salgo a la calle solo puedo preguntarme ¿qué coño estamos haciendo?, nos levantamos cada día convencidos de que habrá un día después, incluso hacemos planes cuando en realidad nadie nos asegura que haya un mañana.
Nunca se sabe cuándo va a ser el último beso, el último abrazo, la última canción que cantes como una loca o loco en la ducha, ni la última vez que pruebes ese plato que con tanto cariño te prepara tu abuela. La muerte viene tras nosotros, está en cada lugar y momento de nuestras vidas, en cada nueva experiencia y viaje al extranjero, no se separa de ti ni un segundo, me sigue sorprendiendo con la facilidad que la nombramos a veces, y es que ella llega sin avisar, te arrebata ilusiones, rompe corazones, roba sonrisas y metas, te quita a seres queridos y a veces, lo hace muy cruelmente. La muerte nos pisa los talones y no somos conscientes, no sé si es que nos hemos acostumbrados a despertar cada mañana o es que no tenemos ni idea de la vida.
Realmente no sé por qué nos da tanto miedo arriesgar, algún día solo seremos un recuerdo en la mente de quiénes se quedaron con nosotros hasta el final y cuando ellos no estén, simplemente, dejaremos de ser. Solo tienes esta oportunidad para demostrar quién eres, para gritar a los cuatro vientos lo que sientes, para ser quién quieres ser, arriesga por ello antes de que sea demasiado tarde, si tienes una meta no te rindas jamás, seguramente en el intento te vas a perder millones de veces, pensarás que tu esfuerzo es en vano, sentirás que tu vida no tiene sentido, llorarás y sufrirás, te harán dudar de ti, te pisotearán y si pueden, te hundirán; pero en momentos como esos recordaras porque estás luchando, y te levantarás. Recuerda: tus sueños son posibles si tú realmente quieres que sean, y nadie ni nada más que tú podrá luchar por ellos, te podrán ayudar sí, pero eres tú, siempre has sido tú, y siempre, serás tú.
Que no te engañen, no tienes toda la vida por delante, quizás solo tengas unas cuantas horas más.
Hoy estoy escribiendo esto porque estoy viva, y también viviendo, o al menos, intentándolo.
No olvides que tan solo somos un suspiro en la eternidad, así que vive.
